Yo, por mí, les desearía la más benéfica revolución de la aritmética. Que en el año que acaba de empezar, los números se vuelvan locos, que bajen estrepitosamente las cifras que han subido en 2010 -destrucción de empleo, conflictividad laboral, mujeres asesinadas, catástrofes naturales, especulación financiera, medidas de ajuste, corrupción, cinismo político- y suban las que han bajado -puestos de trabajo, consumo, estabilidad laboral, credibilidad en las instituciones, solidaridad internacional, inversiones públicas, optimismo privado, responsabilidad política-, pero con la que está cayendo, no me atrevo a llegar tan lejos
No hay comentarios:
Publicar un comentario