domingo, 14 de agosto de 2011



Yo veo la orquesta ni más ni menos que como una sociedad perfecta: los violines se complementan con los vientos y la percusión, van dándose relevos, todo debe encajar como un reloj suizo, se logra la comunicación absoluta, la comunión, el diálogo ideal que debería regir nuestras vidas. La música es una especie de perfección infinita en movimiento constante siempre puedes esperar algo nuevo de ella.




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