Feria del Libro de Francfort
La agente de García Márquez, Vargas Llosa o Marsé se abre a nuevos capitales para afrontar los retos del sector - Su preferencia se dirige fuera del mundo editorial
J. RUIZ MANTILLA / C. GELI - Madrid / Francfort
El vertiginoso tsunami causado por los vaivenes de la industria editorial viene provocando desde insólitos daños colaterales hasta devastaciones sin vuelta atrás. Cambian las estrategias financieras, cambian los formatos, cambian los hábitos de lectura y cambia el curso del dinero: cambia, en definitiva, el mundo del libro y de su industria, cuya versión tradicional ha saltado hecha añicos en este primer tramo del siglo XXI. El salto al tren de la modernidad, con toda su carga de reestructuración y de replanteamientos incluidos, no es sencillo. El último y mejor ejemplo de esta metamorfosis lleva grabado el nombre de Carmen Balcells. La que sin duda ha sido y es la gran agente literaria de este país afronta los nuevos retos digitales y económicos con una ampliación de capital de 500.000 euros. Hasta el momento, no ha cerrado un acuerdo con nadie, aseguraba ayer mismo su propietaria.
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