Jueves de cine, entre las pelis que se exhibían, estaba una recopilación de cortos españoles. El primero me sobrecogió, sin duda una de las historias más tristes que he visto desde que el año inició. Los personajes: dos y ya. Él, taxista, Pedro. Ella, actriz, Nina. Mientras Pedro daba sus rondas por la ciudad, buscando pasajeros que llevar, se topa con Nina, ésta le hace la parada, le da la dirección a la cual tiene que llegar, P pregunta la ruta, ella responde que le da lo mismo, que lleva tiempo. Bien, ahora uno de mis detalles preferidos y un paréntesis: en ocasiones he creído que una manera de acercarme a los personajes, es asumir ciertas de sus manías o costumbres como propias, hasta el momento, a pesar de mi adicción a lo ficticio, sólo he imitado la costumbre de uno, es de las novelas de Larsson, las que me llevaron a Lisbeth Salander. Uno de ellos, fuma Lucky Strike, desde entonces he cambiado los Marlboro Rojos por los Lucky. Este paréntesis surge para contar que he decidido robarle algo a Nina… Minutos después de abordar el taxi, Nina abre un paquete de Toblerone, ahora seré la chica que fuma Lucky Strike y come Toblerone. Mientras Nina devora distraídamente la barra de chocolate, parece que memoriza algunas líneas. El chico (Pedro), le pregunta qué hace bla bla bla, ella le cuenta que ensaya para un casting, en fin, como el tránsito parece que no recuperará su fluidez en un buen rato, se ofrece a adoptar el papel de director y así 'entrenar' a Nina con más realismo. Entre el ensayo de las líneas del guión, N sugiere que le vendría mejor si P representara el papel del personaje que le da réplica al de Nina, él asume su tarea con brutal elocuencia, hasta que el tránsito comienza a fluir y mientras ensayan todo parece estar listo para que Nina lo haga bien en la prueba. Claro está que mientras ensayaban, el vínculo entre P y N se reforzaba y el espectador presenciaba una de esas escenas en las que los personajes se callan todo lo que tendrían que decirse y le otorgan al azar todas las prerrogativas para volver a coincidir, así sin más, el uno deja que el otro se marche sin conocer un número o una coordenada que permitan multiplicar la afabilidad del primer instante. Pedro le da a Nina una pata de conejo de ésas que fungen como amuleto de la suerte. Ya muy tarde, cuando Pedro intenta correr para alcanzar a Nina, un potencial pasajero lo aborda para preguntarle ¿Está libre? Pedro asiente. En el sitio donde se presume tendrá lugar la prueba de Nina, ella baja velozmente la escalera anteriormente subida, pero en cuanto llega a la calle, el taxi de Pedro había emprendido la marcha.
Muchos castings y kilómetros después (Literalmente expuesto en la pantalla con letras cuyo color no recuerdo), vemos a Pedro recorriendo la ciudad con su taxi, mientras escucha una cinta para aprender portugués. Tras esquivar a varias prostitutas y uno que otro ebrio con ansias de más fiesta, hace la parada a una chica cuya pinta a primera vista parecía ser la de una de esas chicas que se alquilan para un polvo o para sexo oral o para fingir ser acompañante de alguien, qué sé yo, mientras más drama se encaje, mejor quedará con la historia.
Al subirse al taxi, da las coordenadas de su destino a Pedro, al principio no se reconocen, hasta que ella brinda la primera pista fatal para identificarla: comienza a abrir una barra de Toblerone. Pedro la mira por el retrovisor y de pronto el espectador se topa con una mirada triste, herida y muda, ésa que lanzó Pedro al reconocer en el cuerpo de la prostituta solitaria, a su chica del casting. Asimismo, la mirada encaja perfecto con una línea que Nina le soltó a Pedro durante la primera parte del corto: "Y digo yo, con lo bonito que son esos personajes que no dicen nada, que te lo dicen todo con la mirada". Bien, Pedro nos lo dijo todo con la suya.
Al reconocerla, P le lanza una de las líneas del guión que ensayaron cuando se conocieron, Nina le reconoce al modo y más adelante tras unas líneas rabiosas, saca de su bolso la cola de conejo que le regaló Pedro en su primer encuentro y se la da, al momento que exclama ¡Para lo que me sirvió! o ¡Menuda suerte me trajo!, o algo similar, no memoricé la línea, Pedro se enfada y lanza el amuleto desde la ventana del taxi.
Él intenta convencerla de no ir con su cliente y da vuelta en U ofreciéndole un destino mejor, ella entra en pánico, exige a Pedro que detenga el taxi, él lo hace y ella se baja llorando en busca de otro taxi que la lleve con su cliente. Pedro enciende el reproductor de cintas y se vuelve a escuchar la cinta en portugués.
Vaya historia triste.
De los cinco cortometrajes, sin duda ése fue mi favorito. El tercero, también me conmovió, va de dos chicas que conversan sobre noticias, son algo así como unas junkies de la información noticiosa, lo interesante es que gradualmente, el espectador va entendiendo que estas chicas (Jeny y Paca) mantienen una relación amorosa, y van contando sobre ella en términos de noticias, cuando Paca intenta reprocharle a Jeny su ausencia, le lanza: “Ya ni siquiera comentamos el boletín de radio nacional", jajaja, me causó mucha gracia. En fin, Jeny confiesa salir con otra chica, entonces Paca pregunta ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Paca responde: “Se ha puesto la CNN”, jajaja, no sé, una manera sumamente peculiar de ilustrar el dramón final presente en cada ruptura.
Tras los cortos: la noche, Reforma, música en contraseña y el dolor agudo de las ficciones que tiran a matar.
Muchos castings y kilómetros después (Literalmente expuesto en la pantalla con letras cuyo color no recuerdo), vemos a Pedro recorriendo la ciudad con su taxi, mientras escucha una cinta para aprender portugués. Tras esquivar a varias prostitutas y uno que otro ebrio con ansias de más fiesta, hace la parada a una chica cuya pinta a primera vista parecía ser la de una de esas chicas que se alquilan para un polvo o para sexo oral o para fingir ser acompañante de alguien, qué sé yo, mientras más drama se encaje, mejor quedará con la historia.
Al subirse al taxi, da las coordenadas de su destino a Pedro, al principio no se reconocen, hasta que ella brinda la primera pista fatal para identificarla: comienza a abrir una barra de Toblerone. Pedro la mira por el retrovisor y de pronto el espectador se topa con una mirada triste, herida y muda, ésa que lanzó Pedro al reconocer en el cuerpo de la prostituta solitaria, a su chica del casting. Asimismo, la mirada encaja perfecto con una línea que Nina le soltó a Pedro durante la primera parte del corto: "Y digo yo, con lo bonito que son esos personajes que no dicen nada, que te lo dicen todo con la mirada". Bien, Pedro nos lo dijo todo con la suya.
Al reconocerla, P le lanza una de las líneas del guión que ensayaron cuando se conocieron, Nina le reconoce al modo y más adelante tras unas líneas rabiosas, saca de su bolso la cola de conejo que le regaló Pedro en su primer encuentro y se la da, al momento que exclama ¡Para lo que me sirvió! o ¡Menuda suerte me trajo!, o algo similar, no memoricé la línea, Pedro se enfada y lanza el amuleto desde la ventana del taxi.
Él intenta convencerla de no ir con su cliente y da vuelta en U ofreciéndole un destino mejor, ella entra en pánico, exige a Pedro que detenga el taxi, él lo hace y ella se baja llorando en busca de otro taxi que la lleve con su cliente. Pedro enciende el reproductor de cintas y se vuelve a escuchar la cinta en portugués.
Vaya historia triste.
De los cinco cortometrajes, sin duda ése fue mi favorito. El tercero, también me conmovió, va de dos chicas que conversan sobre noticias, son algo así como unas junkies de la información noticiosa, lo interesante es que gradualmente, el espectador va entendiendo que estas chicas (Jeny y Paca) mantienen una relación amorosa, y van contando sobre ella en términos de noticias, cuando Paca intenta reprocharle a Jeny su ausencia, le lanza: “Ya ni siquiera comentamos el boletín de radio nacional", jajaja, me causó mucha gracia. En fin, Jeny confiesa salir con otra chica, entonces Paca pregunta ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Paca responde: “Se ha puesto la CNN”, jajaja, no sé, una manera sumamente peculiar de ilustrar el dramón final presente en cada ruptura.
Tras los cortos: la noche, Reforma, música en contraseña y el dolor agudo de las ficciones que tiran a matar.
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