- “En mis peores momentos con las drogas lo empeñé todo menos la máquina de escribir. Me quedé sin guitarra, pero jamás sin mi Royal, ella ha sido más fiel que ningún dios o mujer. Era mi mejor amiga y lo sigue siendo”, recuerda este músico indie, superviviente de la química, la cárcel, una mujer fatal que marcó su primer grito musical y un brutal accidente de coche que le dejó la espina dorsal herida de por vida.
- Hinson escribe de manera compulsiva. “Me gusta aporrear la máquina, me gusta su ritmo, el ruido de las teclas, es un combate de boxeo”.
- “No aguanto tantas horas tecleando, pero a la vez los medicamentos para el dolor me dejan en un estado mental muy bueno para escribir, así que una cosa por otra”.
- Ahora es adicto a los parches de Fentanyl, “una heroína legal” que le inmuniza de los latigazos y le permite actuar en directo. “Entre el dolor y las adicciones, me quedo con las adicciones. Sé que puedo enfrentarme a una desintoxicación, el dolor de mi espalda me da más miedo”.
lunes, 8 de noviembre de 2010
El músico que aporrea una máquina de escribir
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