• Mediocracia. “La democracia se ha convertido en mediocracia. En los dos sentidos: democracia mediática y mediocre. Personas que van a programas llamados del corazón, en los que confunden los asuntos de cama de no sé quién con un debate político serio, no me parece aceptable. Es parte de la banalización de la política”
• “Estamos empezando a discutir sobre un futuro que ya pasó”
• ¿Cree usted que hay alguna posibilidad de que los seres humanos se puedan relacionar en una estructura distinta de la del mercado?
• Es verdad que me importa el mundo, y cada vez me importa más, le veo más implicaciones en la interdependencia, una interdependencia que es muy interesante y que también existía cuando Europa estaba llena de potencias imperiales. Pero aquella interdependencia se arreglaba porque cuando existía una infección en una parte del cuerpo interdependiente se arreglaba cortando, amputando el miembro y salvando el resto. Ahora las epidemias se convierten rápidamente en pandemias, la de la gripe A y la de la crisis financiera. Es la característica más importante de la globalización, la tendencia a que toda epidemia se convierta en pandemia. Pero ya no puedes amputar un miembro. No puedes decir: me va mal la India, me la amputo y el resto lo mantenemos. Eso ya no es verdad. Se acabó el dominio imperial y la hegemonía de occidente.
• La democracia se ha convertido en mediocracia. En los dos sentidos: democracia mediática y mediocre. Personas que van a programas llamados del corazón, en los que confunden los asuntos de cama de no sé quién con un debate político serio, no me parece aceptable. Además, lo han exaltado porque han comentado: “Se atreven a ir a programas que de verdad son populares”.
No lo entiendo. Es parte de la banalización de la política, aunque no seamos conscientes de ello. Alguien del mundo de la política puede ir a un programa de humor por ácido que sea, ningún problema, pero a un programa que mezcla las historias de intimidad exhibida con el debate político, es peligroso.
Es la servidumbre de creer que la opinión está ahí.
• “Estamos empezando a discutir sobre un futuro que ya pasó”
• ¿Cree usted que hay alguna posibilidad de que los seres humanos se puedan relacionar en una estructura distinta de la del mercado?
• Es verdad que me importa el mundo, y cada vez me importa más, le veo más implicaciones en la interdependencia, una interdependencia que es muy interesante y que también existía cuando Europa estaba llena de potencias imperiales. Pero aquella interdependencia se arreglaba porque cuando existía una infección en una parte del cuerpo interdependiente se arreglaba cortando, amputando el miembro y salvando el resto. Ahora las epidemias se convierten rápidamente en pandemias, la de la gripe A y la de la crisis financiera. Es la característica más importante de la globalización, la tendencia a que toda epidemia se convierta en pandemia. Pero ya no puedes amputar un miembro. No puedes decir: me va mal la India, me la amputo y el resto lo mantenemos. Eso ya no es verdad. Se acabó el dominio imperial y la hegemonía de occidente.
• La democracia se ha convertido en mediocracia. En los dos sentidos: democracia mediática y mediocre. Personas que van a programas llamados del corazón, en los que confunden los asuntos de cama de no sé quién con un debate político serio, no me parece aceptable. Además, lo han exaltado porque han comentado: “Se atreven a ir a programas que de verdad son populares”.
No lo entiendo. Es parte de la banalización de la política, aunque no seamos conscientes de ello. Alguien del mundo de la política puede ir a un programa de humor por ácido que sea, ningún problema, pero a un programa que mezcla las historias de intimidad exhibida con el debate político, es peligroso.
Es la servidumbre de creer que la opinión está ahí.
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